Comienza como un sueño, un sueño de niña, inocente, impulsivo e irresponsable. Poco a poco, en esas ganas de ser mujer, de definirte a ti misma, ante tanta inseguridad y confusión, te vas aproximando arriesgadamente a un proceso contradictorio, pero excitante. En este desborde de pasión, continúas sin escuchar, sin querer analizar mucho las cosas, solo quieres vivir y experimentar.
En esas noches, en la soledad de tu cama, logras compenetrarte con tu ser, en las profundidades de tu particularidad, la cual desmenuzas, abriendo cavidades que te estremecen, hasta erizarte los pelos. Te inquietas contigo mismo, intentas procesar lo que está sucediendo ante tus ojos, de tanto escarbar, en muchas ocasiones te confundes mucho más, pero no puedes evitarlo y vuelves a buscar y buscar y buscar.
La búsqueda a veces te agobia, te desespera y te enmudece el alma, pero te presionan y te piden explicaciones, explicaciones inútiles, entonces callas.
Al vaciar tanta emoción antigua, al recordar e intentar reflejar de la mejor forma mi adolescencia, me da la sensación de haber estado casi siempre tan confundida, que horrible etapa de la vida, pero bueno no queda otra que vivirla.
En esas noches, en la soledad de tu cama, logras compenetrarte con tu ser, en las profundidades de tu particularidad, la cual desmenuzas, abriendo cavidades que te estremecen, hasta erizarte los pelos. Te inquietas contigo mismo, intentas procesar lo que está sucediendo ante tus ojos, de tanto escarbar, en muchas ocasiones te confundes mucho más, pero no puedes evitarlo y vuelves a buscar y buscar y buscar.
La búsqueda a veces te agobia, te desespera y te enmudece el alma, pero te presionan y te piden explicaciones, explicaciones inútiles, entonces callas.
Al vaciar tanta emoción antigua, al recordar e intentar reflejar de la mejor forma mi adolescencia, me da la sensación de haber estado casi siempre tan confundida, que horrible etapa de la vida, pero bueno no queda otra que vivirla.
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